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En el primer capítulo Byung-Chul Han asegura que nos encontramos ante un fenómeno de erosión y desaparición del otro, algo apenas percibido por nuestras sociedades cada vez más narcisistas. ... El narcisista no ama, tan sólo ve en el otro una proyección de sí mismo, así, se asfixia en el “infierno de lo igual”.

“El eros es una relación con el otro que está radicada más allá del rendimiento y el poder”, dice Han en el capítulo dos: “No poder poder”. En su acertada elección de términos, el filósofo establece un contrapunto entre la Sociedad del Rendimiento y la Sociedad de la Disciplina, o sea, la del Deber: “látigo y mandato”

*Espero que te ayude*