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La rebelión contra Carranza, su asesinato y la campaña presidencial de 1920

Obregón anunció su candidatura a la presidencia el 1 de junio de 1919, porque creía que Carranza había perdido el contacto con los gobiernos estatales y el pueblo mexicano. La neutralidad de Obregón después de abandonar el gobierno le valió las simpatías y el apoyo del pueblo, mientras que su principal rival político, el general Pablo González, se ganó la hostilidad del sector agrario por su campaña contra los Zapatistas y el asesinato de su líder. Obregón se presentó como un centrista-liberal buscando unir al país contra los represivos y egoístas “señores de la guerra”.

Carranza eligió a Ignacio Bonillas, embajador mexicano en Estados Unidos, para sucederle en el cargo en 1920 y pagó por ello una costosa campaña política. La tensión estalló el 11 de abril de 1920 cuando Carranza intentó arrestar a Obregón, después de enviar a prisión a varios obregonistas. El 23 de abril de 1920, Obregón, Adolfo de la Huerta, y otros revolucionarios firmaron el Plan de Agua Prieta, el cual reafirmaba la Constitución de 1917, exigía la instauración de un estado de ley y orden, la dimisión de Carranza y la creación de un gobierno provisional hasta que se celebraran elecciones. A los revolucionarios que firmaron el Plan se les llegó a conocer como el Triángulo Sonorense o la Dinastía, porque Obregón, de la Huerta, y Plutarco Elías Calles eran oriundos de Sonora. Los tres hombres incitaron rebeliones en el norte de México, forzando a Carranza a abandonar la Ciudad de México y a refugiarse en Veracruz a principios de mayo de 1920.

Carranza nunca llegó a su destino; se reunió con el desertor rebelde Rodolfo Herrero en las montañas de Puebla, que le ofreció su protección. Pero Carranza no sabía que Cabrera, uno de sus subordinados, había ordenado recientemente la ejecución del padre de Herrero. En la madrugada del 21 de mayo de 1920, Herrero atacó el campo de Carranza y éste fue asesinado. Herrero fue arrestado más tarde en la Ciudad de México, pero fue puesto en libertad por falta de pruebas. El 1 de junio Adolfo de la Huerta asumió el poder como presidente interino y organizó los próximos comicios. Pancho Villa, ahora que Carranza había desaparecido, se rindió al gobierno interino. A cambio, de la Huerta le dio un rancho y le asignó una guardia de seguridad de 50 hombres. Obregón aceptó que las negociaciones de de la Huerta habían creado un ambiente de paz con Villa, líderes zapatistas, y otros revolucionarios.