Los moai, las gigantescas estatuas de piedra de la Isla de Pascua, constituyen la expresión

más importante del arte escultórico Rapa Nui y se han convertido en su señal de

identidad. No obstante, a pesar de su fama mundial y la multitud de estudios realizados

sobre ellos, todavía quedan muchas preguntas sin resolver en torno a estos gigantes de

piedra.

¿Qué es un moai y qué representa?

El nombre completo de las estatuas en su idioma local es Moai Aringa Ora, que significa

“rostro vivo de los ancestros”. Estos gigantes de piedra fueron hechos para representar a

sus ancestros, gobernantes o antepasados importantes, que después de muertos tenían la

capacidad de extender su “mana” o poder espiritual sobre la tribu, para protegerla.

Los reyes poseían este poder de manera innata; otros podían adquirirlo en el transcurso

de sus vidas. Para ello tenían que realizar una serie de hazañas extraordinarias, y estaban

obligados a demostrarlo constantemente para no perderlo.

Los clanes más prósperos ordenaban construir un moai como una manera de honrar al

hombre difunto con mana. Después de meses de duro trabajo, el moai recorría su camino

hasta llegar al ahu, o altar de piedra preparado para recibirlo, acompañado de grandes

celebraciones.


¿Cómo los fabricaron?

Las estatuas de Isla de Pascua fueron esculpidas, en un principio, en basalto, traquita y

escoria roja, pero poco después los talladores se fijaron en el volcán Maunga Eo (que

significa “cerro aromático”), la piedra volcánica de color amarillo grisáceo, que se da

exclusivamente en ese lugar de la isla, es un tipo de ceniza compacta con incrustaciones

de basalto.

Se iniciaba el tallado desde un costado de la imagen, enfrentando la pared vertical, o hacia

abajo, donde existieran superficies horizontales o incluso bastante inclinadas, con la

cabeza hacia arriba o hacia abajo. Los maestros talladores esculpían la piedra con cinceles

de basalto u obsidiana llamados “toki”; se calcula que un equipo de escultores podría

tardar hasta dos años en terminar un moai grande.

Uno de los misterios sin resolver es saber por qué no extrajeron los grandes bloques en

bruto y los llevaron a un lugar más accesible, para que los escultores pudieran trabajar de

manera más cómoda, y en cambio, ascendían hasta la parte más alta y difícil del volcán

para tallar cada detalle de los moais, incluso los finos rasgos de la cara y las manos, en su

lugar de origen.

¿Cómo los movieron?

Aunque muchas teorías se han planteado al respecto, el traslado de estas enormes y

pesadas estatuas es todavía el mayor misterio sin resolver de la Isla de Pascua. Sin

embargo, descartando algunas ideas fantasiosas, existe una serie de hipótesis serias y

experimentos que han permitido demostrar que el transporte es factible con los recursos

humanos y materiales con que contaban los antiguos isleños.

Según la tradición, los moai “caminaban”. De hecho, desde la cantera del volcán salían

varios caminos destinados al transporte de las estatuas. Aún hoy es visible la ruta que

seguían por la costa sur, en donde se hallan varios moai caídos hacia adelante.

Se ha probado que es factible hacer “caminar” un moai de unos tres metros de altura,

haciéndolo bascular alternativamente al mismo tiempo que se tira de cada lado de la base

hacia adelante. Otro experimento exitoso muestra el traslado de un moai recostado sobre

una plataforma de maderos como trineo, que se tira con cuerdas sobre troncos

transversales. Probablemente desarrollaron distintas técnicas a lo largo del tiempo, en

función del tamaño y peso de los moai, y de los recursos disponibles.




preguntas


1. ¿De qué trata el texto?


2. ¿Cuál consideras que fue el propósito del autor para escribir este

texto?


3. ¿Con qué fin fueron hechos estos gigantes de piedra?


4. ¿De dónde se obtenía el material para fabricar los monolitos?


5. ¿De qué manera llegaron las estatuas al lugar en que hoy se ubican

en las costas de la Isla de Pascua?

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