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Espero y te sirva :)

Explicación:

Javier Prado y Ugarteche

1871-1921

Corriente: Positivista.

Obra: La evolución de la idea filosófica en la historia.

Planteamiento: Dentro de sus ideas positivistas, consideraba que la solución de los males del Perú era elevar el carácter moral para lo cual se debía «renovar nuestra sangre por el cruzamiento con otras razas» y educar mediante el trabajo y la industria. Posteriormente replantea su pensamiento en sus Lecciones de historia de la filosofía moderna (1915)

José Ingenieros

1877 - 1925

Corriente: Positivista.

Obra: hombre mediocre

Planteamiento: Su interés por los problemas psiquiátricos, criminológicos y psicofisiológicos, unido a la influencia de positivistas europeos como Spencer o Comte, le hizo tomar como punto de partida de su labor filosófica un positivismo de corte cientificista. Sin embargo, el pensamiento filosófico de Ingenieros se desarrolló con el tiempo más allá de este punto de partida. Nunca abandonó el naturalismo, y siempre se opuso a cualquier filosofía de tipo sobrenaturalista o trascendental; sin embargo, fue capaz de hacer compatible esta posición con la necesidad y posibilidad de la metafísica.

Enrique José Varona

1849-1933

Corriente: Positivista

Obra: Estudios literarios y filosóficos

Planteamiento: fue seguidor de la filosofía de Auguste Comte y Herbert Spencer, oponiéndose a todo tipo de metafísica que no siguió la filosofía a los fenómenos y no se adecuara al método de las ciencias naturales.

Enrique Dussel

1934

Corriente: Filosofía de la liberación.

Obra: Historia de la filosofía y filosofía de la liberación

Planteamiento: “El método analéctico y la filosofía latinoamericana” (continuando de alguna manera lo indicado por De Zan) Partiendo de la crítica de Schelling, Feuerbach, Kierkegaard y Marx a Hegel desde 1841 (tema que había sido objeto de dos seminarios en Mendoza), y teniendo ya en cuenta a E. Lévinas, introduce en el proceso dialéctico una afirmación originaria, anterior a la negación primera: el que el esclavo niegue su esclavitud (la negación de la negación) es consecuencia de afirmar antes el querer ser libre. Esa afirmación, sugerida por P. Ricoeur, es el “momento analéctico” del proceso dialéctico, metódicamente esencial para una filosofía de la liberación, más allá de Hegel y Heidegger”.

.”

Laureano Vallenilla Lanz

1870-1936

Corriente: Positivista

Obra: Cesarismo Democrático.

Planteamiento: Para Laureano Vallenilla Lanz, el objetivo más significativo fue la búsqueda de la razón última de las cosas y para ello nada se le ajustaba mejor que la explicación positiva de la historia, basada en el método científico. En este sentido, comienza por denunciar la pretensión de muchos escritores de querer explicar la sociedad por medio de una óptica “metafísica y teológica.

José Gaos

1900 – 1969

Corriente: Fenomenología y existencialismo

Obra: De la filosofía

Planteamiento: “Para José Gaos la filosofía tiene como cometido desentrañar la naturaleza del ser humano, cuya esencia es la razón y su entelequia la filosofía, con lo que se corrobora el carácter circular de su filosofía (Salmerón, 1992: 22). Pero en el análisis de la esencia humana encuentra que el hombre además de ser racional, es parte de la naturaleza. Así en la misma definición clásica del hombre, señala como la esencia morfológica de la especie, la animalidad y la racionalidad, por lo que distan de no poder concebirse ni menos darse la animalidad sin la racionalidad y ésta sin aquélla, que ahí están dados los animales irracionales y concebidos los espíritus puros, racionales sin animalidad (Gaos, 1953: 26). Así llega a exponer que lo específicamente humano sería tanto la marcha erecta o los movimientos expresivos como la alegría y el dolor, o sea la animación y los procesos psíquicos (Gaos, 1992: 66).

Leopoldo Zea Aguilar

1912 - 2004

Corriente: positivista.

Obra: El pensamiento Latinoamericano (1976)

Planteamiento: La principal motivación del quehacer filosófico de Leopoldo Zea fue la comprensión del hombre en tanto ser social, lo cual refleja, por una parte, la continuidad de la tradición filosófica mexicana que a principios del siglo XX dosificaron los intelectuales promotores de la universalización de nuestras creaciones -quienes se habían aglutinado en el Ateneo de la Juventud- y, por otra parte, sus trabajos orientados a la recuperación de la tarea esencial de la filosofía como reflexión en torno al hombre puesto que para él constituye tanto su origen como su fin.

Para sustentar el primer planteamiento reproduzco sus propias palabras: