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Los historiadores profesionales normalmente se concentran en los hechos y procesos trascendentes que han tenido un mayor impacto en las sociedades que se han visto envueltas en ellas, mientras que los historiadores aficionados, o los participantes en recreaciones históricas, prestan más atención a detalles militares, como el equipamiento o uniforme, o los sucesos anecdóticos. Los historiadores se encargan de narrar estos acontecimientos, mediante escritos o de otras formas.

La actividad militar ha sido un proceso constante durante miles de años; a pesar de su evolución, muchas tácticas, estrategias y metas de las operaciones militares se han mantenido en lo básico a lo largo de los milenios. Por ejemplo, una notable maniobra militar aún estudiada hoy día es la doble pinza envolvente, usada por Aníbal Barca en la Batalla de Cannas el año 216 a. C. – hace por tanto unos 2200 años. Esa misma maniobra ya fue descrita por el teórico militar chino Sun Tzu, que escribió aproximadamente al mismo tiempo que la fundación de Roma, aproximadamente hace 2.750 años, y 500 años antes de la batalla de Cannas.

Mediante el estudio de la historia relacionada con su profesión, los militares pretenden no repetir los mismos errores del pasado, y así mejorar su actuación al insuflar en sus comandantes la capacidad de percibir paralelismos históricos durante una batalla, y así poder maximizar las lecciones aprendidas de la misma. Las principales áreas de la historia militar incluyen la historia de las guerras, batallas y combates, la historia del arte militar y la historia de cada servicio militar específico.

Hay varias formas de categorizar la guerra. Una de ellas es la distinción entre guerra convencional y no convencional, donde convencional se refiere a fuerzas armadas bien identificadas luchando entre sí de forma relativamente abierta y directa, sin armas de destrucción masiva. La guerra no convencional se refiere a otros tipos de guerra, que incluyen las incursiones, la guerra de guerrillas, la insurgencia, y el terrorismo. Alternativamente puede incluir la guerra nuclear, la guerra química o la guerra biológica.

Todas estas categorías usualmente se integran dentro de otras dos de mayor orden: guerra de alta o baja intensidad. Se llama guerra de alta intensidad a aquella entre dos superpotencias o grandes naciones luchando por intereses políticos y/o económicos. La guerra de baja intensidad se refiere a la insurgencia respecto a un ejército dominante, la guerra de guerrillas, y tipos especiales de tropas que luchan contra una revolución.