Respuesta :

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Nos pasamos la vida juzgando a los demás y juzgándonos a nosotros mismos. En realidad las personas que más juzgamos a otros es porque en realdad somos muy duros e exigentes con nosotros mismos.

Nos pasamos el día juzgando o criticando a nuestros familiares, hijos, amigos... políticos, jefes, famosos, ricos y pobres... Y al juzgar parece que nos elevamos por encima de todos ellos, entonando el típico “porque yo no soy así”.

Pero al juzgar, criticar, al emitir palabras llenas de negatividad, en realidad los que nos llenamos de lo negativo somos nosotros mismos. ¿De verdad vale la pena llevar nuestra energía y esfuerzo hacia algo que ni siquiera podemos resolver?

Recuerdo una frase que me dijo un día mi coach: “no te quejes sin más, si lo haces, aporta al menos 3 soluciones, y si no, mejor no lo hagas”. Desde entonces cada vez que siento la queja en mí, trato al menos de encontrar algo que aportar al asunto, si no, ¿de qué me sirve quejarme?