Ponle un título a esta lectura:
Cuentan que después del ataque japonés a la base
norteamericana de Pearl Harbor, en 1941, un soldado
del Japón, temeroso de las represalias de los Estados
Unidos, desertó de las filas de su ejército y se internó
solo en las montañas. Allí se aisló de todas las personas
y poco a poco se adaptó a la vida animal. Decidió no
volver a salir a la civilización, por temor a ser condenado
por traición a la patria. Pasaron los años y nunca se
enteró de la finalización de la guerra. Después de más
de veinte años, por casualidad fue encontrado por unos
cazadores.
El estado de este hombre era lamentable: caminaba
como los animales, en las cuatro extremidades, se
alimentaba de frutos silvestres que encontraba en la
selva, había olvidado totalmente el lenguaje y sólo
emitía sonidos guturales. Los cazadores lo condujeron
de inmediato a un centro especializado, donde pudiera
recibir tratamiento psicológico, para ayudarlo a
recobrar su condición humana; pero todo resultó inútil:
después de unos meses falleció.