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El poeta comienza diciendo que la avaricia es una enfermedad que corrompe el alma. La persona avariciosa se vuelve codiciosa, insaciable y egoísta. No tiene compasión por nadie y sólo piensa en su propio beneficio.

El poeta describe la avaricia como una serpiente que se enrosca alrededor del corazón de la persona. Esta serpiente le roba la paz, la alegría y la felicidad. Le quita todo lo bueno que hay en la vida y le deja sólo el dolor y la tristeza.