Respuesta :

Respuesta:

Dependiendo de cómo sean tus pensamientos o sentimientos, estas sustancias químicas provocan respuestas hostiles o amistosas en las demás plantas, los árboles, los insectos y los animales en general. Cuando tocas con delicadeza una flor y le dices palabras amables, ella “pregona” a los cuatro vientos que eres un amigo de la Tierra.