Respuesta :

Había un hombre al que le gustaba espiar a las mujeres mientras se bañaban en el río Magdalena. Para pasar inadvertido y verlas discretamente, decidió ir a ver a un brujo, con el objetivo de que le hiciera una pócima para convertirse en Caimán y de esta manera admirar la belleza de las mujeres, sin ser descubierto.