Respuesta :

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El Perú es un país lleno de historias sin contar, existen miles de magníficos y necesarios relatos que no tienen un soporte visual. La reforma agraria es —qué duda cabe— uno de ellos. No es de sorprender, entonces, que un documental como el que ha dirigido Gonzalo Benavente haya despertado el interés de los medios y el público. Se trata de una cinta que tiene muy pocos precedentes y que, ojalá, motive la realización de piezas sobre otros procesos igualmente importantes.

Explicación:

Benavente ha investigado, sabe de lo que está hablando, recurre a varios especialistas que aportan en manera sustantiva a la primera parte de su trabajo. Diría, incluso, que los años previos al golpe de Estado de Juan Velasco están muy bien descritos y cumplen con sus objetivos. Sin embargo, estamos ante un documental que no aprovecha una oportunidad única.

Con todo el material de cine recaudado, la investigación, los recursos, la buena factura técnica en grabación y edición se pudo proponer un análisis exhaustivo de las consecuencias y el legado del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas. No es el caso, lamentablemente. Estamos ante un documental que abarca mucho y aprieta muy poco, que se queda en el terreno que conoce mejor y que le resulta más cómodo: los antecedentes.