Respuesta :

Respuesta:

El problema de la indecisión nace en la niñez. Muchos padres no entrenan a sus hijos adecuadamente para que aprendan a tomar decisiones sabias. Con las mejores intenciones, toman decisiones por sus hijos y no les explican cómo funciona el proceso mental que es necesario conocer para analizar una situación y resolverla con éxito.

Por un lado tienen temor de que sus hijos tomen decisiones equivocadas y se lastimen, y, por otro lado, consideran que es mucho más práctico tomar las decisiones por sus hijos, ya que ellos tienen más experiencia.

¡Craso error! Ni las buenas ni las malas experiencias se pueden transferir. Y queremos que nuestros hijos estén preparados para la vida con una buena cantidad de ambas bajo la manga. Tarde o temprano llegará el día en que los padres ya no podrán tomar las decisiones por ellos y no tendrán las habilidades adecuadas para enfrentar los desafíos propios del diario vivir.

Tenemos que entrenar a nuestros hijos a tomar decisiones sabiamente. Por un lado hay que darles un buen fundamento de principios de vida, para que se puedan guiar por ellos. Por otro lado, hay que tomarse el tiempo de permitirles tomar sus propias decisiones.

Es importante darles el espacio para cometer errores. En vez de reprocharlos cuando tropiezan, hay que tomarse el tiempo de enseñarles en qué se equivocaron y luego conversar con ellos cómo evitar un error la próxima vez. Así aprenderán a tomar decisiones certeras y no tendrán miedo de equivocarse a la hora de tener que tomarlas.

Explicación:

gracias

Respuesta:

nose

Explicación: