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Enfermedades cronicas:El aumento de estos fallecimientos, sucedidos en un 85% en países de ingresos bajos y medios, se debe a factores de riesgo como el tabaco, el sedentarismo, el abuso del alcohol, las dietas poco saludables y la contaminación del aire. Los malos hábitos también exacerban los padecimientos mentales.

Pandemia global de gripe:Se espera que el mundo enfrente otra pandemia, aunque no se sabe cuándo ni que tan grave será. Las defensas globales contra la enfermedad son tan eficientes como el sistema de respuesta nacional a emergencias sanitarias más débil de cualquier país.

Con la ayuda de 153 instituciones en 114 países, la OMS monitorea constantemente la circulación de virus gripales para detectar las cepas que podrían desatar una pandemia. Además, cada año recomienda las cepas del virus que deben incluirse en la vacuna para proteger a la población de la gripe estacional.

Vih:Los avances contra el VIH son enormes en cuanto al examen de detección, el acceso de 22 millones de seropositivos a antirretrovirales y las medidas preventivas. Pero la epidemia continúa y el VIH/SIDA provoca la muerte de un millón de personas cada año.

Dengue:El dengue, transmitido por un mosquito, puede ser letal y cobrarse la vida del 20% de quienes lo sufren en su manifestación más grave. La enfermedad es una amenaza creciente para el mundo desde hace décadas.

Muchos de los casos ocurren durante las estaciones de lluvia de países como India o Bangladesh. El cambio de los patrones climáticos está alargando esas estaciones, facilitando así la diseminación de la enfermedad a climas menos tropicales que no la padecían.

Resistencia a los antimicrobianos:La resistencia que la gente ha desarrollado a los anti patógenos supone el riesgo de no poder tratar fácilmente infecciones como la pulmonía, la tuberculosis, la gonorrea o la salmonelosis. A su vez, la incapacidad para aliviar las infecciones podría complicar las cirugías y tratamientos como la quimioterapia.

La resistencia a los medicamentos para la tuberculosis, por ejemplo, dificulta una batalla contra una enfermedad que afecta a 10 millones de personas y causa 1,6 millones de muertes al año.