Respuesta :

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1. Amarás a Dios sobre todas las cosas

El primer mandamiento consiste en poner toda la fe, la confianza y el amor en el Dios único, así como también aceptar la autoridad y guía de Dios sobre la propia vida. Dios ha de ser el principio y el fin de la existencia. Esto incluye no adorar ni rendir culto a ningún ídolo, ya sea material o simbólico.

2. No tomarás el nombre de Dios en vano

El creyente tiene prohibido usar el nombre de Dios sin justificación. Esto incluye jurar en su nombre innecesariamente, maldecir, blasfemar, mentir, atacar a otros o sacar provecho de los demás. La gravedad de esto reside en que, cuando un creyente usa el nombre de Dios en vano, sus malas acciones desacreditan la reputación de Dios, y pueden llevar a los demás a renegar de Él.

3. Santificarás las fiestas

Santificar las fiestas consiste en respetar los días sagrados, descansar y cumplir con los rituales que expresan la relación del creyente con Dios.

La importancia de santificar las fiestas reside en mantener viva la presencia de Dios y alimentar la propia espiritualidad, ya que «no solo de pan vive el hombre». Esto evita que el creyente absolutice el trabajo y caiga en el activismo vacío.

Asimismo, permite que el creyente dedique tiempo para cultivar su relación con Dios y con sus seres queridos en favor de su crecimiento espiritual.

4. Honrarás a padre y madre

Honrar a padre y madre significa respetarlos, amarlos y mostrar agradecimiento por los cuidados que han prodigado a sus hijos. Implica que los hijos se hagan personas de bien, de tal como que los padres sean bendecidos y que la familia goce de un nombre bien reputado.

Este principio puede aplicarse también a los demás lazos familiares, así como en la relación de respeto con maestros y otras figuras de autoridad que comparten generosamente sus enseñanzas.

5. No matarás

La vida se considera un don sagrado otorgado por Dios, y en ese sentido, solo Dios tiene el derecho de quitarla. Este mandamiento es un principio cívico fundamental del judaísmo y del cristianismo. El asesinato y la violencia están condenados por ley. No hay excepciones. El que mata, viola el principio sagrado de la vida.

6. No cometerás actos impuros

Se consideran actos impuros el adulterio, la infidelidad, la violación, el estupro y otros actos de lujuria que comprometan la integridad moral o física de las personas.

El sentido de esta ley es promover el ejercicio de una sexualidad digna mediante el control de los impulsos carnales, el respeto al otro y la santificación del matrimonio. De este modo, se fomenta la fidelidad conyugal, el dominio propio y la salud sexual.

7. No robarás

El mandamiento de no robar forma parte de los aspectos cívicos de los diez mandamientos. Abarca muchas maneras directas o indirectas de causar daño material y moral a otros. Por ejemplo:

tomar algo ajeno sin consentimiento del otro;

cobrar más de lo justo;

alterar pesos y medidas en los comercios para cobrar más a los clientes;

vender mercancía en mal estado o inservible;

prestar dinero con intereses y planes de pago opresivos (usura);

extraer dinero del arca pública;

extorsionar a los ciudadanos cobrando comisiones ilegales;

ser cómplice del robo de bienes ajenos o beneficiarse de lo robado;

no pagar al trabajador su salario o sus beneficios de ley, o pagarle menos de lo que merece;

no cumplir con el deber en el trabajo;

no devolver lo prestado deliberadamente.

8. No darás falso testimonio ni mentirás

El octavo mandamiento prohibe la mentira, especialmente cuando se trata de una calumnia contra el prójimo. La mentira tiene el poder de destruir moral y materialmente a las personas, y sus consecuencias pueden llegar a ser irreparables. Por ejemplo, la calumnia puede causar que una persona pierda su vida laboral y familiar para siempre. Por ende, la reputación de las personas debe considerarse sagrada. De ella depende su bienestar.

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros

En el cristianismo, el noveno mandamiento es no admitir o estimular deliberadamente pensamientos que violan los valores de castidad, respeto por el otro y fidelidad conyugal. Consentir en ello, es decir, alimentar pensamientos impuros conscientemente aumenta el riesgo de causar daño a otros y a uno mismo.

Este mandamiento es una ampliación de uno de los aspectos señalados en el versículo 17 del libro del Éxodo, capítulo 20: «no codiciarás la mujer de tu prójimo», también disponible en Deuteronomio 5, 21.

10. No codiciarás los bienes ajenos

El décimo y último mandamiento se puede resumir en lo siguiente: no envidiarás. Es decir, no desearás los bienes que tienen los demás. En la espiritualidad judeocristiana, se entiende que la codicia es la puerta de entrada para el robo, el asesinato y la incontinencia carnal. Por ende, este mandamiento pretende promover el valor del trabajo, la fraternidad y la fidelidad.

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