Juana de Arco o la Doncella de Orleans, fue una joven campesina francesa que se convirtió en una figura legendaria durante la Guerra de los Cien Años. Nació alrededor de 1412 en Domrémy, una pequeña aldea en el noreste de Francia.
A los 13 años, Juana comenzó a tener visiones de santos que le ordenaban liberar a Francia de la ocupación inglesa. Convencida de su misión divina, se cortó el pelo, se vistió de hombre y se dirigió a la ciudad de Chinon, donde se encontraba el rey Carlos VII.
Juana logró convencer al rey de su causa y, bajo su liderazgo, el ejército francés obtuvo una serie de victorias decisivas contra los ingleses. La más notable fue la batalla de Orleans en 1429, que marcó un punto de inflexión en la guerra.
Sin embargo, Juana fue capturada por los ingleses en 1430 y condenada por herejía. Quemada en la hoguera en Rouen a la edad de 19 años, se convirtió en un símbolo de patriotismo y resistencia para el pueblo francés.
En 1456, un tribunal papal revocó su condena y la declaró inocente. En 1920, fue canonizada como santa por la Iglesia católica.
Juana de Arco es considerada una de las figuras más importantes de la historia de Francia. Su heroísmo y determinación inspiraron a su pueblo y ayudaron a asegurar la victoria final en la Guerra de los Cien Años.
Aquí hay algunos datos adicionales sobre Juana de Arco:
Nunca aprendió a leer ni a escribir.
Vestía una armadura completa y empuñaba una espada en batalla.
Inspiró a miles de soldados franceses a unirse a la lucha contra los ingleses.
Su muerte en la hoguera la convirtió en un símbolo de martirio y sacrificio.
Sigue siendo una figura popular en la cultura francesa y mundial, y ha sido representada en numerosas obras de arte, literatura y cine.
