Sin libertad: Las personas no podrían tomar decisiones por sí mismas y serán controladas por otros, sin voz ni voto en sus acciones.
Sin inteligencia: Las personas no comprenderían el propósito de sus acciones y tomarían decisiones irracionales sin evaluar riesgos o beneficios.
Sin afecto: No habría interacción humana significativa ni conexión emocional en el supermercado, creando un ambiente frío y distante.