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Explicación:
El gobierno de Octavio, quien más tarde sería conocido como el emperador Augusto, inauguró una nueva etapa en la historia de Roma con la transición de la República al Imperio. Augusto implementó una serie de reformas políticas y administrativas para consolidar su poder y establecer las bases del régimen imperial. Aquí hay algunas maneras en que organizó la política del imperio:
1. **Principado**: Augusto estableció el Principado, un sistema de gobierno en el que él ostentaba el poder supremo, pero manteniendo algunas instituciones republicanas aparentemente intactas. Él era el "princeps" (el primero entre iguales), pero en la práctica, era un monarca absoluto.
2. **Reforma del Senado**: Aunque mantuvo el Senado como una institución importante, Augusto modificó su composición y función. Aumentó el número de senadores y controló cuidadosamente quiénes eran elegidos, asegurando que estuvieran leales a él. Esto le permitió mantener una apariencia de respeto por la tradición republicana mientras consolidaba su propio poder.
3. **Control de las provincias**: Augusto dividió el Imperio en provincias y nombró gobernadores para administrarlas en su nombre. Estos gobernadores eran seleccionados por él y se les otorgaba cierto grado de autonomía, pero su lealtad debía estar firmemente alineada con el emperador.
4. **Ejército imperial**: Augusto reformó y profesionalizó el ejército romano, convirtiéndolo en una fuerza leal al emperador. Instituyó un sistema de reclutamiento y entrenamiento, así como una estructura de mando clara. Esto le aseguró un apoyo militar sólido y una capacidad para mantener el orden dentro del imperio.
5. **Culto al emperador**: Augusto promovió el culto a su persona, presentándose como un líder carismático y providencial para el pueblo romano. Se le otorgaron honores divinos y se erigieron templos en su honor, lo que contribuyó a su legitimidad como gobernante.
En resumen, Augusto organizó la política del imperio mediante la centralización del poder en su persona, el control cuidadoso de las instituciones existentes como el Senado y el ejército, y la promoción de una imagen de líder carismático y divino. Estas medidas sentaron las bases para el gobierno imperial en Roma durante siglos.
