La Geografía es un tipo de conocimiento, un conjunto de respuestas que la sociedad construye para comprender alguno de los aspectos de su relación consigo misma y con el mundo. Es un tipo de discurso que construimos para saber dónde estamos. Reconocer el significado de estar en un lugar, de pertenecer a él, implica la posibilidad de organizar nuestras vidas identificando qué acciones pueden y deben ser realizadas para continuar sobreviviendo.

Para sobrevivir y constituirse como seres humanos, las civilizaciones tuvieron que reconocer objetos de su entorno y construyeron caminos uniendo lugares propicios para extraer los recursos que necesitaban. Por eso, la Geografía nació de un comportamiento asociado a nuestras necesidades de sobrevivencia. En el transcurso de miles de años la construcción de caminos, el reconocimiento de formas, se conjugó con la capacidad de dar nombre a las cosas. Con el uso de símbolos y la invención del lenguaje fue posible transmitir a otros las experiencias vividas. Nuestros antepasados construían sus propias geografías en la medida que desarrollaban sus propios lenguajes asociando a los lugares (dándoles nombres), las experiencias vividas.

Cada pueblo al construir su Geografía sistematizó aspectos fundamentales de su manera de vivir.

Hablar de la realidad desde la Geografía, implica tener como referencia en primer lugar, la localización de las cosas, de los fenómenos, y reflexionar sobre la importancia que tales localizaciones poseen en la definición de sus características, pues es a partir de dicha reflexión es que se puede comprender cómo estos fenómenos funcionan.

La Geografía es uno de los lenguajes o discursos que nos permiten leer y comprender el mundo en que vivimos.

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