Respuesta :

Los buenos y malos conductores de electricidad se distinguen principalmente por las propiedades de sus electrones y su estructura atómica:

Buenos conductores:

Electrones libres: Los buenos conductores tienen electrones en sus órbitas externas que pueden moverse fácilmente cuando se aplica un campo eléctrico. Esto se debe a que tienen bandas de conducción parcialmente llenas o superpuestas, lo que permite que los electrones se desplacen libremente.

Baja resistencia eléctrica: Debido a la presencia de electrones libres, los buenos conductores ofrecen poca resistencia al flujo de corriente eléctrica. Esto significa que pueden transportar una corriente eléctrica de manera eficiente.

Estructura cristalina ordenada: Muchos buenos conductores, como los metales, tienen una estructura cristalina ordenada que facilita el movimiento de los electrones libres a través del material.

Malos conductores (o aislantes):

Electrones fuertemente ligados: En los malos conductores, los electrones están fuertemente ligados a los átomos y no pueden moverse fácilmente cuando se aplica un campo eléctrico. Esto se debe a que la banda de valencia está completamente ocupada y separada de la banda de conducción.

Alta resistencia eléctrica: Debido a la falta de electrones libres, los malos conductores tienen una alta resistencia al flujo de corriente eléctrica. Esto significa que no pueden transportar una corriente eléctrica de manera eficiente y se comportan como aislantes.

Estructura cristalina o amorfa: Los malos conductores pueden tener una estructura cristalina o amorfa, pero en ambos casos, la falta de movilidad de los electrones limita su capacidad para conducir la electricidad.

En resumen, la principal diferencia entre los buenos y malos conductores radica en la movilidad de los electrones en su estructura atómica y su capacidad para transportar corriente eléctrica.

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Respuesta:

En general, hay varias propiedades comunes que se pueden encontrar en cada grupo de buenos conductores y malos conductores. Aquí hay algunas:

1. Conocimiento de las reglas de tránsito: Los buenos conductores suelen tener un buen conocimiento de las reglas de tránsito y las siguen de manera adecuada. Por otro lado, los malos conductores pueden tener un conocimiento limitado o ignorar por completo las reglas de tránsito.

2. Atención y concentración: Los buenos conductores suelen estar atentos y concentrados en la carretera en todo momento. Mantienen la vista en el camino y evitan distracciones, como el uso del teléfono celular mientras conducen. Los malos conductores tienden a distraerse fácilmente y pueden realizar actividades que desvían su atención de la conducción.

3. Respeto por los demás usuarios de la vía: Los buenos conductores muestran respeto por los demás usuarios de la vía, como peatones y ciclistas. Mantienen una distancia segura, respetan los límites de velocidad y ceden el paso cuando es necesario. Los malos conductores pueden ser agresivos, impacientes o irrespetuosos con los demás usuarios de la vía.

4. Habilidades de manejo: Los buenos conductores suelen tener habilidades de manejo sólidas, como el control adecuado del volante, la capacidad de frenado y aceleración suaves, y la capacidad de maniobrar de manera segura en diferentes situaciones de tráfico. Los malos conductores pueden carecer de estas habilidades o pueden mostrar un manejo imprudente o peligroso.

5. Conciencia situacional: Los buenos conductores tienen una buena conciencia situacional, lo que significa que están atentos a su entorno y son capaces de anticipar y reaccionar a situaciones de peligro. Los malos conductores pueden tener una conciencia situacional deficiente y pueden estar menos preparados para reaccionar ante situaciones inesperadas en la carretera.

Recuerda que estas son solo algunas propiedades comunes y que cada conductor es único. Es importante seguir practicando hábitos de conducción seguros y responsables para mantenernos a nosotros mismos y a los demás seguros en la carretera.