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Además de las causas comunes de subdesarrollo como la pobreza, la falta de educación y la mala gobernanza, aquí hay tres causas adicionales que pueden contribuir al subdesarrollo de un país:
Conflictos y violencia: Los conflictos armados internos o externos, la violencia política o social, y la inestabilidad pueden obstaculizar el desarrollo económico y social de un país. Los recursos que podrían destinarse al desarrollo se desvían hacia la financiación de conflictos militares, la reconstrucción de infraestructuras dañadas y la atención de las víctimas. Además, la inseguridad y la falta de paz disuaden la inversión extranjera y el desarrollo de sectores productivos.
Desigualdad de género: La discriminación de género y la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres pueden socavar el potencial de desarrollo de un país. Cuando las mujeres enfrentan barreras para acceder a la educación, el empleo, la propiedad de tierras y recursos, y la participación política, se limita su capacidad para contribuir plenamente al crecimiento económico y social. La desigualdad de género también puede perpetuar el ciclo de pobreza y aumentar la vulnerabilidad de las mujeres y sus familias.
Dependencia económica: La dependencia excesiva de un país en un solo recurso natural, sector económico o socio-político puede ser una causa de subdesarrollo. Por ejemplo, si un país depende en gran medida de la exportación de un recurso natural sin diversificar su economía, está expuesto a los cambios en los precios internacionales y a la volatilidad del mercado. Esto puede llevar a una falta de resiliencia económica y a la falta de desarrollo en otros sectores clave como la industria, la agricultura y los servicios. La dependencia económica también puede conducir a la corrupción y al estancamiento económico.