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La introducción al atletismo remonta a los albores de la civilización humana, donde la competencia física y la habilidad atlética eran aspectos fundamentales en la vida cotidiana y en la guerra. Desde entonces, el atletismo ha evolucionado hasta convertirse en una de las formas más puras de competición deportiva, abarcando una amplia gama de disciplinas que prueban la velocidad, la resistencia, la fuerza y la habilidad técnica de los atletas.
El atletismo moderno se originó en los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia, donde los primeros atletas compitieron en eventos como la carrera, el salto y el lanzamiento. Con el tiempo, estas competiciones se formalizaron y expandieron, dando lugar a eventos más especializados y a la creación de federaciones deportivas internacionales, como la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF).
Hoy en día, el atletismo abarca una amplia variedad de eventos, que van desde las carreras de velocidad y distancia hasta los saltos, lanzamientos y pruebas combinadas. Se practica en todo el mundo, desde las pistas olímpicas hasta los parques locales, y atrae a atletas de todas las edades y habilidades.
El atletismo no solo es un deporte competitivo, sino también una forma de promover la salud y el bienestar físico, así como de fomentar el espíritu de camaradería y superación personal. Con su rica historia y su continua evolución, el atletismo sigue siendo una de las formas más emocionantes y gratificantes de participar en el mundo del deporte.
