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Finanzas: Revisar los informes financieros para detectar discrepancias entre ingresos y gastos, así como posibles irregularidades en la contabilidad.
Gestión de inventario: Investigar posibles discrepancias entre el inventario reportado y el físico en las instalaciones de la empresa.
Cumplimiento normativo: Evaluar si la empresa cumple con las regulaciones y leyes aplicables en todas las áreas donde opera.
Prácticas laborales: Analizar las condiciones laborales, los salarios y los beneficios para garantizar el cumplimiento de las leyes laborales y los estándares éticos.
Cadena de suministro: Examinar la cadena de suministro para identificar posibles puntos débiles o áreas donde se puedan producir inconsistencias.
Ética empresarial: Investigar cualquier denuncia de comportamiento poco ético o actividades fraudulentas dentro de la empresa.