La clasificación de los seres vivos según su cantidad de células se puede dividir en dos categorías principales:
Unicelulares:
Característica fundamental: Están formados por una sola célula completa y funcional que realiza todas las funciones vitales necesarias para el organismo. Ejemplos de organismos unicelulares son las bacterias, las levaduras y algunos tipos de algas.
Pluricelulares:
Característica fundamental: Están formados por más de una célula organizada en tejidos, órganos y sistemas, cada uno con funciones especializadas. Los organismos pluricelulares son más complejos y pueden ser macroscópicos o microscópicos. Ejemplos incluyen plantas, animales, hongos y algunas algas.
Esta clasificación se basa en el número de células que componen el organismo y es una de las características fundamentales utilizadas en la taxonomía y la biología para distinguir entre diferentes tipos de organismos vivos.