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Una mala decisión en una elección electoral puede tener efectos a largo plazo por varias razones:

Políticas adversas: Si se elige a un líder político o partido que implementa políticas perjudiciales o ineficaces, esto puede afectar negativamente la economía, el medio ambiente, la justicia social y otros aspectos de la sociedad a largo plazo.

Pérdida de confianza: Una elección mal gestionada o una mala elección de candidatos puede erosionar la confianza de la población en el sistema político y en las instituciones democráticas, lo que puede tener consecuencias duraderas en la participación cívica y la estabilidad social.

Daño institucional: Las malas decisiones electorales pueden debilitar las instituciones gubernamentales y erosionar la separación de poderes, lo que puede llevar a un aumento de la corrupción, el autoritarismo y la falta de rendición de cuentas a largo plazo.

Impacto en generaciones futuras: Las políticas adoptadas por un gobierno electo pueden tener efectos duraderos en las generaciones futuras, ya sea a través de la deuda pública, la degradación ambiental o la falta de inversión en educación y salud pública.

En resumen, una mala decisión en una elección electoral puede tener repercusiones significativas y duraderas en múltiples aspectos de la sociedad, afectando tanto el presente como el futuro de un país.