Respuesta:
El primero:
La fundación de la República de China en 1912 supuso una transformación significativa en el paisaje cultural y político de China, marcada por la emergencia del nacionalismo moderno y la redefinición del papel de China en el mundo. Esta transformación se vio influida por factores tanto internos como externos, como el declive de la dinastía Qing, el "shock con Occidente" y el surgimiento de movimientos nacionalistas y antiimperialistas. La nueva república incorporó a las cinco nacionalidades, incluidos los Han, los mongoles, los manchúes, los tibetanos y los musulmanes turcos, como ciudadanos, subrayando la necesidad de la unidad y la creación de una potente nación bajo la guía de la mayoría han.
La transición del imperio al estado-nación también implicó un cambio en el tratamiento de las nacionalidades minoritarias, con el establecimiento de la República Popular China en 1949 que marcó un punto de inflexión crítico en su reconocimiento e integración. El discurso nacionalista del nuevo estado buscaba mantener la unidad y la armonía entre los cinco grupos étnicos principales, reflejando un compromiso con la inclusión étnica, aunque persistieron los desafíos en la gestión de la diversidad étnica y el logro de una verdadera igualdad.
