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"Tardanzas, Desidia y Falta de Creatividad: Los Actos Cívicos Escolares que Nos Dejan Fríos"

¿Quién no ha experimentado la monotonía de los aburridos actos cívicos en los colegios? Cada mañana, como reloj, nos reunimos en el patio escolar para un desfile de gestos vacíos y palabras sin emoción que apenas despiertan un destello de patriotismo. Es hora de cuestionar la efectividad y la relevancia de estas prácticas rutinarias que más se asemejan a un mal guion de una película olvidada.

En primer lugar, la tardanza parece ser la norma en estos eventos. ¿Cómo podemos esperar fomentar el amor por el país cuando comenzamos nuestras actividades cívicas con un retraso constante? Los estudiantes son dejados a merced del sol inclemente o de la lluvia mientras esperan que las autoridades escolares decidan aparecer. La falta de respeto por el tiempo y la puntualidad socava cualquier intento de generar un sentimiento de compromiso patriótico.

La desidia se manifiesta en la repetición sin fin de los mismos discursos y canciones año tras año. ¿Dónde está la creatividad en presentar los valores nacionales de manera fresca y emocionante? Los estudiantes son obligados a escuchar las mismas palabras vacías y a cantar las mismas canciones sin sentir una conexión real con lo que representan. Es como si los organizadores de estos actos cívicos hubieran perdido toda imaginación y se conformaran con la mediocridad.

Por último, el patriotismo se diluye en la falta de compromiso genuino por parte de los estudiantes. ¿Cómo podemos esperar que sientan amor por su país cuando los actos cívicos se convierten en una carga más que en una oportunidad de celebrar su identidad nacional? La pasividad y el desinterés reinan en estos eventos, dejando a los jóvenes con la sensación de que la participación cívica es solo una formalidad tediosa.

En conclusión, los actos cívicos escolares, mal elaborados y repetitivos, carecen de la chispa necesaria para fomentar el patriotismo entre los estudiantes. Es hora de repensar estas prácticas arcaicas y encontrar formas más creativas y significativas de promover el amor por el país. Solo entonces podremos esperar que las generaciones futuras se sientan verdaderamente comprometidas con el bienestar y el progreso de nuestra nación.