Respuesta :

Respuesta: Aquel hombre que por su voluntad de poder pertenezca al tipo gobernante, deberá —por su bien y el de sus súbditos— adoptar una ética de la responsabilidad. Por otro lado, el que no detente el poder público, perteneciendo por tanto al tipo gobernado, podrá congraciarse con Dios mediante una ética de la convicción.