Desde que se peatonalizó la carrera séptima en Bogotá, esta se ha convertido en el lugar de trabajo de numerosos artistas callejeros, entre los que se encuentran estatuas humanas, comediantes, mimos y músicos. La administración de la ciudad se ha dado cuenta de que es necesario reglamentar el uso que estas personas hacen del espacio público, pues se han identificado varios problemas: estas personas invaden la vía, incluso los espacios exclusivos para bicicletas, y obstaculizan el tránsito de los peatones; además, algunos generan contaminación auditiva con los instrumentos y parlantes que utilizan. Se sabe también que estas actividades son su única fuente de ingresos, que la fuerte competencia entre ellos reduce los ingresos de todos y que, según los comerciantes formales de la zona, su presencia ahuyenta a los compradores. En esta situación, ¿qué aspectos debe considerar el Gobierno local para impulsar una reglamentación del espacio público?.

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