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Verdadero. La atención puede ser tanto exclusiva como selectiva, dependiendo del contexto en el que se aplique. La atención exclusiva se refiere a concentrarse en una sola tarea o estímulo, sin distracciones externas. Por otro lado, la atención selectiva implica enfocarse en ciertos estímulos o información mientras se filtran otros.

Por ejemplo, cuando una persona está completamente concentrada en la lectura de un libro, está aplicando una atención exclusiva. En contraste, al escuchar a alguien hablar en un entorno ruidoso y poder enfocarse únicamente en esa voz, se está aplicando una atención selectiva.

En resumen, tanto la atención exclusiva como la selectiva son componentes importantes de la capacidad humana para procesar información y realizar tareas.

La atención puede ser tanto exclusiva como selectiva, pero no necesariamente ambas al mismo tiempo. La atención exclusiva se refiere a concentrarse en una sola cosa a la vez, mientras que la atención selectiva implica elegir en qué enfocarse de entre varias opciones posibles.