Respuesta :

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En el proceso pictórico de la Nueva España y el virreinato de Lima, se destacan similitudes y diferencias que delinean dos épocas con características y efectos distintivos en la producción artística. Desde la representación de figuras como el Inca Atahualpa por Diego de Mora en 1533, hasta el surgimiento de una iconografía religiosa en la zona andina, se observa una fusión de influencias que originaron un estilo barroco genuinamente americano.

A medida que avanzaba el siglo XVII y entraba el XVIII, los pintores indígenas y mestizos tomaron un camino propio, apartándose de las corrientes europeas para seguir su propia expresión artística. Esta evolución dio lugar a una producción pictórica que fusionaba temas religiosos occidentales con elementos indígenas, como fenotipos y vestimentas regionales, satisfaciendo tanto a la población local como a los peninsulares.

El resultado fue una rica tradición pictórica que reflejaba la síntesis cultural y religiosa de la época, con una expresión artística que resonaba tanto en el contexto local como en el internacional, marcando así un capítulo significativo en la historia del arte colonial americano.

Resumen:

El proceso pictórico en la Nueva España y el virreinato de Lima compartió similitudes y diferencias, marcando dos épocas distintas en la producción artística. Desde la representación del Inca Atahualpa por Diego de Mora en 1533, hasta el surgimiento de una iconografía religiosa en la zona andina, se observa una fusión de influencias que dio origen a un estilo barroco americano único.

Hacia finales del siglo XVII y durante el XVIII, los pintores indígenas y mestizos tomaron un camino propio, alejándose de las corrientes europeas para fusionar temas religiosos occidentales con elementos indígenas, como fenotipos y vestimentas regionales. Esta evolución produjo una expresión artística auténtica y satisfizo tanto a la población local como a los peninsulares.

El resultado fue una rica tradición pictórica que reflejaba la síntesis cultural y religiosa de la época, marcando un capítulo significativo en la historia del arte colonial americano.