Tanto China como Perú han experimentado crecimiento económico en las últimas décadas, pero con desigualdades en la distribución del ingreso y la equidad social. En China, el rápido desarrollo ha ampliado la brecha entre ricos y pobres, con zonas urbanas más prósperas que áreas rurales. A pesar de las políticas de alivio de la pobreza, la desigualdad persiste. En Perú, el crecimiento económico también ha sido desigual, con una brecha significativa entre poblaciones urbanas y rurales, así como entre grupos étnicos. Aunque ambos países han implementado políticas sociales, aún queda mucho por hacer para abordar las disparidades socioeconómicas y mejorar la equidad social.
