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Explicación:
En Colombia, un país conocido por su diversidad cultural y geográfica, se encuentran algunas de las ciudades más vibrantes y hermosas de América Latina. Bogotá, la capital, se encuentra en el altiplano andino y es conocida por su arquitectura colonial, su rica gastronomía y su animada vida nocturna. A medida que uno se desplaza hacia el norte, se encuentra Medellín, una ciudad que ha experimentado una transformación impresionante en las últimas décadas y que ahora es conocida como la "Ciudad de la Eterna Primavera". Más al norte, en la costa del Caribe, se encuentra Cartagena, una ciudad amurallada que data del siglo XVI y que es conocida por sus hermosas playas y su rica historia colonial.
Pero Colombia no solo es conocida por sus ciudades, sino también por su rica biodiversidad, que incluye una gran variedad de árboles frutales. Uno de los árboles más emblemáticos de Colombia es el mango, que se encuentra en abundancia en todo el país. El mango es originario de la India y del sudeste asiático, pero se ha adaptado perfectamente al clima tropical de Colombia. Los árboles de mango pueden crecer hasta 30 metros de altura y producir frutos deliciosos y jugosos que son apreciados en todo el mundo.
La recurrencia del mango en la cultura colombiana es evidente en la comida, la música y la literatura. En la gastronomía, el mango se utiliza en una gran variedad de platos, desde ensaladas y salsas hasta postres y bebidas. En la música, el mango es mencionado en canciones populares como "El Manisero" y "La Pollera Colorá". Y en la literatura, el mango es un tema recurrente en la obra de escritores colombianos como Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis.
En definitiva, las ciudades colombianas y el árbol de mango son dos aspectos importantes de la cultura y la biodiversidad de Colombia. Cada uno de ellos tiene su propia historia y significado, pero juntos representan la riqueza y la diversidad de un país que sigue sorprendiendo al mundo con sus tesoros naturales y culturales.
