Una destreza motriz se refiere a la habilidad o capacidad que una persona tiene para realizar movimientos físicos de manera coordinada y precisa. Estas habilidades motoras implican el uso de los músculos, articulaciones y sistemas sensoriales para llevar a cabo acciones específicas, ya sea en el ámbito deportivo, artístico o cotidiano.
Las destrezas motrices pueden ser tanto gruesas como finas. Las destrezas motoras gruesas implican movimientos más amplios y que requieren coordinación de grandes grupos musculares, como correr, saltar o lanzar. Por otro lado, las destrezas motoras finas se refieren a movimientos más precisos y delicados, como escribir, dibujar o manipular objetos pequeños.
El desarrollo de las destrezas motrices es fundamental en el crecimiento y el aprendizaje de los niños, ya que les permite explorar su entorno, interactuar con objetos y personas, y participar en actividades físicas de manera efectiva. Además, las destrezas motrices también son importantes en la vida adulta, ya que influyen en la autonomía, la coordinación y la calidad de vida en general.
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