Respuesta :

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Respuesta:

La democracia individualista en la antigua Grecia, especialmente en Atenas, implicaba la participación directa de los ciudadanos varones libres en la toma de decisiones políticas. Este sistema se basaba en la igualdad ante la ley y la oportunidad de hablar en la Asamblea. Sin embargo, excluía a mujeres, esclavos y residentes extranjeros de la participación política. Aunque representaba un avance en la participación ciudadana, estaba marcada por la influencia de líderes carismáticos y la exclusión de amplios segmentos de la población, lo que limitaba su alcance democrático.

Explicación:

La democracia individualista en la antigua Grecia, particularmente en Atenas durante el período clásico, se caracterizaba por una participación ciudadana directa en la toma de decisiones políticas. Sin embargo, esta participación estaba limitada a un segmento específico de la población: los ciudadanos varones libres mayores de edad, excluyendo a mujeres, esclavos y residentes extranjeros.

Este sistema democrático se centraba en el principio de la isonomía (igualdad ante la ley) y la isegoría (igualdad de oportunidad para hablar en la asamblea). Los ciudadanos tenían el derecho y el deber de participar en la Asamblea, donde votaban sobre asuntos legislativos y políticos clave. Además, había un sistema de sorteo para selección aleatoria de ciudadanos que servían en roles judiciales y administrativos, lo que buscaba prevenir la corrupción y garantizar la participación de una amplia gama de ciudadanos.

Sin embargo, esta democracia individualista estaba arraigada en una sociedad profundamente estratificada y excluyente. Aunque otorgaba ciertos derechos y responsabilidades a los ciudadanos, no extendía esos beneficios a todos los habitantes de la ciudad-estado. Las mujeres, los esclavos y los residentes extranjeros no tenían voz ni voto en los asuntos políticos, lo que socavaba los principios fundamentales de igualdad y participación democrática.

Además, la democracia ateniense estaba marcada por una fuerte cultura de la retórica y la persuasión en la Asamblea, lo que a menudo llevaba a la influencia de líderes carismáticos y demagogos. Esto podía distorsionar el proceso democrático y dar lugar a decisiones impulsivas o injustas.

En resumen, la democracia individualista de la antigua Grecia representaba un avance significativo en la participación ciudadana y la igualdad ante la ley, pero estaba limitada por su exclusión de amplios segmentos de la población y por sus vulnerabilidades a la demagogia y la influencia indebida.