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La psicología aplicada se refiere a la utilización de los conocimientos y métodos desarrollados por la psicología básica para resolver problemas cotidianos, mejorar la calidad de vida o facilitar el funcionamiento adecuado de grupos de personas. A diferencia de la psicología básica, que se centra en el estudio de la conducta y los procesos mentales, la psicología aplicada se enfoca en la intervención práctica. Algunas de las ramas más importantes de la psicología aplicada incluyen:
Psicología Clínica: Se ocupa de la evaluación, diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales y emocionales.
Psicología Educativa: Se aplica en el ámbito educativo para mejorar el aprendizaje, la enseñanza y la adaptación escolar.
Psicología Organizacional y de Recursos Humanos: Se enfoca en el comportamiento humano en el entorno laboral y en la gestión de recursos humanos.
Psicología Comunitaria: Busca mejorar la calidad de vida de grupos amplios, como los residentes de barrios marginales.
Psicología Ambiental: Explora la relación entre las personas y su entorno físico.
Psicología de la Salud: Se centra en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.
Psicología del Deporte: Aplicada al rendimiento deportivo y el bienestar de los atletas.
Psicología Forense: Se relaciona con el sistema legal y la evaluación de personas involucradas en casos judiciales.
Es importante destacar que la teoría y la práctica en psicología se retroalimentan constantemente, y estas ramas no siempre están claramente delimitadas, ya que comparten conocimientos y enfoques.