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La inteligencia artificial puede ser diseñada para respetar y promover los derechos humanos al evitar sesgos, discriminación y decisiones injustas. Además, puede ayudar a abordar problemas sociales como la atención médica accesible, la educación equitativa y la justicia transparente. En resumen, la IA puede contribuir a remunerar los derechos humanos al mejorar la igualdad, la justicia y el acceso a oportunidades para todos.