Un argumento que se puede extraer del texto es que en la sociedad peruana persisten estereotipos de género arraigados que asignan a las mujeres roles predominantemente domésticos y reproductivos, limitando así sus oportunidades de desarrollo personal y profesional. Esta situación se refleja en las celebraciones tradicionales, como el Día de la Madre, donde los regalos y la atención se centran en objetos relacionados con el hogar, perpetuando la idea de que la maternidad se limita a funciones hogareñas y de cuidado. Esta concepción estereotipada de la maternidad contribuye a la naturalización de la subordinación de las mujeres y a la perpetuación de desigualdades socioeconómicas. Aunque se han realizado esfuerzos por cambiar estos estereotipos, aún persisten en la sociedad peruana, lo que dificulta el avance hacia una mayor equidad de género y el reconocimiento pleno del valor y las contribuciones de las mujeres en todos los ámbitos de la vida.
