Respuesta :

Explicación:

Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de majestuosos árboles y ríos cristalinos, vivía un niño llamado Lucas. A Lucas le encantaba explorar la naturaleza, descubrir nuevos animales y plantas, y disfrutar de la belleza que lo rodeaba.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con un anciano sabio que le contó una triste historia. Le explicó que hace muchos años, el pueblo estaba lleno de vida y color, pero poco a poco fue perdiendo su esplendor debido a la contaminación y la deforestación.

Preocupado por lo que escuchó, Lucas decidió tomar cartas en el asunto. Comenzó a recoger la basura que encontraba en el bosque, a plantar árboles y a concientizar a sus amigos y vecinos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.

Gracias a su dedicación y su pasión por la naturaleza, Lucas logró transformar el pueblo. Los ríos volvieron a fluir limpios, los árboles volvieron a crecer frondosos y la vida silvestre regresó a su hábitat natural.

El anciano sabio, con lágrimas en los ojos, le agradeció a Lucas por su valentía y compromiso. Le dijo que él era la esperanza de un futuro mejor para todos los seres vivos que habitan en la Tierra.

Desde ese día, Lucas siguió cuidando el medio ambiente con amor y respeto, y se convirtió en un ejemplo para todos los habitantes del pueblo. Y así, juntos, lograron preservar la belleza y la armonía de su entorno, garantizando un futuro sostenible para las generaciones venideras.