Después de leer la continuación del relato anterior, identifica y escribe ejemplos de cada una de las clases de oración. Continuación… Don Antonio había llegado al valle doce años antes de que mi padre recibiera el rancho, como herencia que le dejara el abuelo Laurentino, “yerbatero” famoso de la región. - ¡Buenos días, señor Don Antonio! Voy a la finca de arriba a llevarle sal al ganado. - Y qué es la vida de Don Ricardo, mijo, hace marras que no lo veo en los pastizales. - Ocupado señor, recogiendo maíz, pues la cosecha de este año está abundante. No puedo darle más explicaciones, pensé. - Hasta luego Don Antonio, debo irme. - Güeno mijo, que la Virgen lo acompañe; saludes a su papá y güelva otro día, Rebeca me lo pregunta cada rato. - Bueno señor, de pronto vengo. El encuentro con Don Antonio había sido como el primer llamado de la conciencia. Recordé, que una vez cogí unas manzanas del huerto, que mi madre cuidaba con gran esmero; le llevé tres a Rebeca y ella en cambio, me prometió no contar. - ¡Ricardito! ¿Dónde están las manzanas? – dijo mi madre cuando las echó de menos. - No sé nada mamita, no me culpes, debió ser Fabián. - Se te va a caer la lengua por mentiroso… ¡Ay mis manzanas!... un día de estos te va a salir la Madreselva… ¡Ay las manzanas que tanto le gustan a la tía Lucrecia!... Ahora me remuerde la conciencia, porque mi madre le contó a mi padre lo sucedido, y él enfadado le dio una pela a Fabián con el juete de arriar los terneros, y lo dejó rengo ocho días. El camino se hacía más pesado al atardecer. El sol del mediodía cayó tan fuerte que me dolió la cabeza y el hambre, ya me producía traqueteo en el estómago. Sabía que en “La laguna” recibían muchachos para trabajar en los aserraderos, porque una noche los peones del rancho, empezaron a contar la historia de cada uno y algunos mencionaron la manera como llegaron a “La laguna” y se enterraron por varios años en los bosques de pino, laurel y cedro negro, abrigando la esperanza de ahorrar

Respuesta :

Respuesta:

Después de leer la continuación del relato, he identificado los siguientes ejemplos de las distintas clases de oración:

Oración simple:

- "¡Buenos días, señor Don Antonio!"

- "Güeno mijo, que la Virgen lo acompañe."

Oración compuesta:

- "Ocupado señor, recogiendo maíz, pues la cosecha de este año está abundante."

- "Se te va a caer la lengua por mentiroso… ¡Ay mis manzanas!... un día de estos te va a salir la Madreselva… ¡Ay las manzanas que tanto le gustan a la tía Lucrecia!"

Oración compleja:

- "Voy a la finca de arriba a llevarle sal al ganado."

- "No puedo darle más explicaciones, pensé."

- "Recordé, que una vez cogí unas manzanas del huerto, que mi madre cuidaba con gran esmero; le llevé tres a Rebeca y ella en cambio, me prometió no contar."

Oración compuesta-compleja:

- "Y qué es la vida de Don Ricardo, mijo, hace marras que no lo veo en los pastizales."

- "El camino se hacía más pesado al atardecer. El sol del mediodía cayó tan fuerte que me dolió la cabeza y el hambre, ya me producía traqueteo en el estómago."