l final de la novela de Julio Cortázar "La noche boca arriba" (1956) ha sido objeto de mucho debate e interpretación entre críticos literarios y lectores. La naturaleza ambigua y surrealista de la narrativa deja espacio para múltiples interpretaciones, lo que aumenta la riqueza y complejidad de la obra.
Una de las interpretaciones más frecuentes sugiere que toda la historia, desde el momento en que los aztecas capturan al protagonista, es un sueño. Esta interpretación se apoya en varios elementos del texto, como el constante estado de confusión y desorientación del protagonista, las imágenes oníricas y la confusión de la realidad y la fantasía.
Otra interpretación sugiere que la historia es una metáfora del miedo a la muerte del protagonista. La lucha del protagonista contra los aztecas podría verse como una representación de su propia lucha interna contra su mortalidad. La cualidad onírica de la narrativa también podría verse como un reflejo de la mente subconsciente del protagonista mientras lidia con su propia muerte inminente.
Una tercera interpretación sugiere que la historia es un comentario sobre la naturaleza de la identidad y la realidad. La incertidumbre del protagonista sobre su propia identidad y la naturaleza cambiante de la realidad a lo largo de la historia podría verse como un reflejo de la experiencia humana más amplia de cuestionar el lugar de uno en el mundo y la naturaleza de la verdad.
En última instancia, la interpretación del final de "La noche boca arriba" queda a criterio de cada lector. La belleza de la historia radica en su capacidad para evocar múltiples interpretaciones y dejar a los lectores con una sensación de incertidumbre persistente.
Aquí hay algunos puntos adicionales a considerar al interpretar el final:
El título de la novela , "La noche boca arriba", sugiere una posición pasiva y vulnerable, insinuando la rendición del protagonista ante su destino.
La repetición de la frase "lo soñó todo" a lo largo de la historia desdibuja aún más la línea entre la realidad y el sueño, dejando al lector preguntándose qué es real y qué es imaginado.
El simbolismo del laberinto y la sensación de estar atrapado del protagonista podrían representar sus propias luchas internas y las complejidades de la existencia humana.
La escena final , con el protagonista acostado boca arriba, aceptando su destino, podría verse como una metáfora de la muerte o el regreso al útero, sugiriendo un ciclo de vida y muerte.
En conclusión, el final de "La noche boca arriba" está abierto a interpretación, invitando a los lectores a involucrarse con la historia en sus propios términos y sacar sus propias conclusiones sobre el destino del protagonista y el significado más profundo de la narración.
