En Roma, se acogieron y utilizaron varios pensadores y sistemas filosóficos, pero uno de los más influyentes fue el estoicismo. Los estoicos, como Séneca y Epicteto, promovieron una ética basada en la virtud, la autodisciplina y la aceptación del destino. Su enfoque en la racionalidad y la moralidad tuvo un impacto duradero en la sociedad romana y posteriormente en el mundo medieval.
Además del estoicismo, el neoplatonismo, una corriente filosófica que combinaba elementos del platonismo con ideas místicas orientales, también fue relevante en Roma. Figuras como Plotino promovieron la idea de una realidad suprema y la búsqueda de la unión con lo divino.
Estas corrientes filosóficas influyeron en los asuntos más generales del mundo medieval al proporcionar un marco ético y metafísico que contribuyó a la formación del pensamiento medieval cristiano y a la configuración de la cosmovisión de la Edad Media.
