Respuesta :

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El profeta, al ser el hombre de Dios, será aquel a quien el pueblo tiene la tarea de escuchar. El profeta se constituye en el intermediario entre Dios y el pueblo elegido. El profeta comunica a ese pueblo lo que Dios quiere, la voluntad salvífica. “El profeta es, entonces, un mediador de la locución de Dios.