Explicación:
El objeto que flota en agua debe tener una densidad aparente menor que la del agua (1 g/cm³). Esto significa que su densidad total (incluyendo el objeto y el agua desplazada) es menor que 1 g/cm³. Por lo tanto, su volumen debe ser mayor que el volumen del agua que desplaza.
El principio de Arquímedes establece que un objeto flotará si su peso (o masa) es igual al peso del volumen de agua que desplaza. Por lo tanto, si dos objetos tienen el mismo peso, pero uno flota y el otro se hunde, el objeto que flota debe tener un mayor volumen (y por lo tanto, un mayor diámetro) que el que se hunde.
En resumen, el objeto que flota en agua, al tener un mayor volumen (y, por lo tanto, un mayor diámetro), es el que tiene la densidad aparente menor, lo que le permite flotar según el principio de Arquímedes.