El nuevo faraón, al observar el gran aumento en la cantidad de israelitas, sentía temor y preocupación.
En el libro de Éxodo 1, versículos 9 y 10, se menciona que el faraón dijo: "El pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y fuerte que nosotros. Vamos, seamos astutos con ellos, no sea que se multipliquen aún más, y suceda que, en caso de guerra, también se pongan de parte de nuestros enemigos, y luchen contra nosotros, y se vayan de la tierra".
El faraón veía a los israelitas como una amenaza potencial, tanto en términos de fuerza física como de lealtad hacia otros pueblos. Por lo tanto, decidió tomar medidas para controlar su crecimiento y poder mantener su propio poder y dominio sobre ellos.