Respuesta:
La frase que has proporcionado es un ejemplo de cómo la puntuación (en este caso, la coma) puede alterar significativamente el significado de una oración. Analicemos la frase:
“La manzana es para mi hijo y la otra es la manzana es para mí, hijo.”
Aquí, la coma marca una pausa y divide la oración en dos partes:
“La manzana es para mi hijo”: Esta parte de la oración establece que una manzana está destinada a mi hijo.
“y la otra es la manzana es para mí, hijo”: Aquí, la coma cambia el significado. Ahora se interpreta como: “la otra manzana es para mí”, y luego se añade la palabra “hijo” como una especie de énfasis o apelación afectuosa.
En resumen, la coma altera la relación entre las dos partes de la oración y crea una ambigüedad interesante. Sin embargo, en una comunicación más clara, sería preferible reescribir la frase para evitar confusiones:
“La manzana es para mi hijo, y la otra manzana es para mí.”
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