Staden

Yo ful Dios, dice Staden. Primero fui prisionero y después me converti en Dios. ¿Usted sabe lo que significa? ¿ser Dios en comarcas con perfiles de infierno? Los indios querían comerme. Querian descuartizarme para que mis tripas fueran a una vasija de agua hirviendo y, sazonado con raíces, mis brazos y mis piernas terminaran en un asado. Durante el año que vivi el cautiverio, siempre me despertaba y dormia pensando que ese día mis huesos acabarian entre sus dientes. Pero no lo hicieron, ¿por qué? Es algo que no logro comprender del todo. La respuesta que podria dar es que cure a uno de sus caciques y me ganė su confianza. Primero imploré y luego fueron ellos lo que me imploraron. Sufri y terminé dando consejos para reducir sus dolencias, Y al ser Dios me converti en brugo, en profeta, en curandero, Tuve el poder de controlar las lluvias y los vientos. Les predije victorias en sus guerras, que coinciden con el desove de unos peces que llaman Parati, y con mis oraciones salvé mi vida. Aunque hablar de confianza en esos salvajes es equivoco. Ellos no confian en nadie y menos en nosotros. Creo que les sobra razón. Son tantos los estragos que les hemos infligido que no habrá tiempo suficiente para que algún dia nos crean. Nuestra palabra, generalmerite, es mentirosa. La suya desconoce ese matiz, Viven en una permanente puericia y, si no se les educa, comenten cosas terribles. Una de ellas usted lo sabe sefior De Bry, es matar a los hombres y comersetos. Porque una cosa es matar al enemigo, y habrá que aceptar que este comportamiento forma parte de nuestro modo de asumir el honor. Pero comérselo es traspasar unlimite y esos Rimites debemos prohibirios. No me cabe duda de que, entre los seres humanos que he conocido, son los más supersticiosos. Esta superstición es la podris minimizarlos. Nosotros también lo somos, pero nuestra superstición cada vez la civilizamos más. La de ellos cambio, naufraga en la idolatria y se pierde en la embriaguez. Debo confesar, no obstante, que son tiernos en el quehacer familiar, que sus cuerpos son bellos y bien conformados, que ignoran la prostitución y le usura, y no roban ni despilfarran. Su vida se rige de acuerdo con códigos que, asi

nos parezcan extraños, funcionan eficazmente entre ellos.

De acurdo al fragmento leído: ¿cómo es el personaje que habla en el fragmento? ​

Respuesta :

Respuesta:

El personaje que habla en el fragmento es un narrador que relata su experiencia personal como prisionero entre los indígenas, su transformación en una figura divina para ellos y sus reflexiones sobre la naturaleza de su relación con los indígenas y su propia percepción de ellos. Es un relato lleno de introspección y análisis de las diferencias culturales y las percepciones mutuas entre los indígenas y los colonizadores. El narrador muestra cierto grado de autocrítica y reflexión sobre el comportamiento tanto de los indígenas como de los colonizadores, así como una observación aguda de las dinámicas sociales y culturales en juego.