La Primera Revolución Industrial podría considerarse una revolución burguesa en el sentido de que contribuyó significativamente al fortalecimiento y la ascendencia de la clase burguesa en la sociedad. Durante este período, la burguesía, o la clase media emergente compuesta por comerciantes, empresarios y profesionales urbanos, aumentó su influencia económica y política como resultado del desarrollo industrial y del crecimiento de la actividad comercial.
La Primera Revolución Industrial también trajo consigo cambios en la estructura social y económica, así como en las relaciones de poder. La burguesía se convirtió en una fuerza dominante en la economía capitalista emergente, mientras que la clase trabajadora industrializada surgida de esta revolución se convirtió en una fuerza laboral importante y en un componente fundamental del sistema económico.
Por lo tanto, la Primera Revolución Industrial puede considerarse una revolución burguesa en el sentido de que contribuyó al ascenso de la burguesía como clase dominante en la sociedad capitalista en desarrollo.
