En el capítulo 12 de "El Gran Conflicto", se aborda el tema de la profecía del tiempo del fin, específicamente en relación con el surgimiento de un poder mundial que buscará imponer su autoridad sobre las conciencias y creencias religiosas. Se explora cómo esta entidad política-religiosa utilizará su influencia para promover un sistema de adoración contrario a los principios bíblicos, forzando a las personas a desafiar su lealtad a Dios. Se destaca la importancia de comprender estas profecías para estar preparados espiritualmente y no ser engañados por los eventos que se avecinan.
Además, el capítulo discute la naturaleza del verdadero culto y adoración, enfatizando la importancia de mantener una relación personal con Dios basada en la verdad y la libertad de elección. Se contrasta esta adoración genuina con las formas de adoración impuestas por el poder político-religioso del tiempo del fin, que busca controlar las conciencias de las personas. Se hace hincapié en la necesidad de discernimiento espiritual para no caer en la trampa de seguir falsas enseñanzas y prácticas religiosas.
Por último, el capítulo ofrece una visión esperanzadora al recordar que, a pesar de los desafíos y conflictos que enfrentará la humanidad en el tiempo del fin, Dios está en control y tiene un plan para la redención y salvación de aquellos que permanecen fieles a él. Se presenta la promesa de la segunda venida de Cristo como el evento culminante que pondrá fin al conflicto entre el bien y el mal, restaurando la justicia y estableciendo el reino eterno de Dios.
