Respuesta:
1. Fósiles de impresión: Son aquellos fósiles formados por la impresión de un organismo en un sustrato blando, como el barro o la arena. Al morir el organismo, su forma queda marcada en el material y con el tiempo se convierte en una roca con la impresión de la forma original.
2. Fósiles de molde: Se forman cuando un organismo muere y su cuerpo se descompone, dejando un espacio vacío en la roca que conserva la forma del organismo. Este espacio vacío se llena con minerales u otros materiales, creando un molde de la forma original del organismo.
3. Fósiles de restos petrificados: Son fósiles formados por la sustitución de los tejidos orgánicos del organismo por minerales, lo que da lugar a una réplica mineralizada de la estructura original del organismo. Este proceso puede conservar detalles anatómicos muy precisos.
4. Fósiles de ámbar: Se forman cuando un organismo queda atrapado en resina de árbol que se solidifica con el tiempo. La resina preserva al organismo en su estado original, creando fósiles muy detallados y a menudo conservando incluso partes blandas del organismo, como plumas o insectos.
Respuesta:
1. Fósiles de impresión: Estos fósiles se forman cuando un organismo deja una impresión en el sedimento, como una huella o una marca de un exoesqueleto. Con el tiempo, esta impresión se endurece y se convierte en una réplica de la forma original del organismo.
2. Fósiles de rastro: Estos fósiles son evidencia de la actividad de un organismo del pasado, como huellas de animales, rastros de movimientos, o incluso marcas de alimentación. Pueden proporcionar información sobre el comportamiento y el entorno de los organismos antiguos.
3. Fósiles de restos: Estos son los fósiles más conocidos, que consisten en partes del cuerpo de organismos preservados en roca, como huesos, dientes, conchas o exoesqueletos. Proporcionan información detallada sobre la anatomía y la estructura de los organismos extintos.
4. Fósiles de molde y contramolde: Se forman cuando un organismo muere y queda enterrado en sedimento. Con el tiempo, los tejidos blandos se descomponen, dejando un espacio vacío en la roca que luego puede llenarse con minerales, formando un molde del organismo. Si este molde se llena posteriormente con sedimento adicional, se forma un contramolde que es una réplica inversa del organismo original.
