Respuesta:
Jericó era una ciudad fortificada ubicada en la antigua Palestina, conocida por sus imponentes murallas y su estratégica ubicación.
Dios prometió a Josué que le daría todas las tierras que pisará, asegurándole que ningún enemigo podría resistirle todos los días de su vida. (Josué 1:3-5)
Josué y el pueblo de Israel vencieron al rey de Jericó siguiendo las instrucciones divinas. Marcharon alrededor de las murallas de Jericó durante siete días, y en el séptimo día, después de dar siete vueltas alrededor de la ciudad, las murallas cayeron por la intervención de Dios. (Josué 6:4-16)
En Jericó encontraron riquezas y objetos valiosos, pero según el mandato divino, estos fueron destinados a ser dedicados al Señor y no debían ser tomados por los israelitas. (Josué 6:17-19)
Una lección que podemos aprender de esta historia es la importancia de confiar en Dios y obedecer sus instrucciones incluso cuando parezcan extrañas o ilógicas. También muestra cómo la obediencia y la fe pueden conducir a la victoria sobre los obstáculos más grandes.
